Ensayo de Biblia
Raúl T. Hinojosa Santos
Seminario Teológico Latinoamericano
Lima Perú
2021
INTRODUCCIÓN
El propósito de este estudio es probar desde los inicios (Era pre-mosaica), la importancia de los sacrificios de animales, así como el entorno en el que se llevó a cabo. El tema, por sí mismo muestra inmenso valor, porque se relaciona con el único y suficiente sacrificio hecho por Cristo, el hijo de Dios en la cruz.
Es importante distinguir los usos de los términos en hebreo como “ofrendas”, “sacrificios”, “holocaustos”; del mismo modo el término “inmolar”, los cuales nos ayudarán a ampliar nuestro conocimiento histórico, cultural y sobre todo teológico respecto al sacrificio de animales.
El tema será delimitado al período de la Era pre-mosaica, esto quiere decir que trataremos todos los textos pertinentes que hacen alusión al sacrificio de animales hasta antes del establecimiento de la Era mosaica. Los sacrificios constituidos a partir del Sinaí, ya no se abordarán en este estudio por pertenecer a la legislación mosaica.
Génesis 3:21
Y Jehová Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de pieles, y los vistióכתנות עורvestido de piel. Después de que Adán y Eva cometieron pecado, hubo una crisis de conciencia entre ellos, como se deja notar el texto, sintieron vergüenza por su desnudez y trataron de dar una salida a esta circunstancia (Gn. 3:7).Yahvéh interviene para mostrar que la solución viene de él; y es obvio que para tener pieles de animales es necesario sacrificarlo. Herbert Livingston comenta diciendo: “entonces, en su misericordia, Dios les proveyó túnicas de pieles (21). Y aunque el texto no lo dice específicamente, no hay duda de que pertenecieron a animales sacrificados.”[1] La opinión de que aquí se observe el primer
[1] George Herbert Livingston, Comentario Bíblico Beacon, tomo I, trad. Sergio Franco (EE.UU.: Casa Nazarena de Publicaciones, 1990): 31.
sacrificio redentor, debe tratarse tomando en cuenta lo que podría haber significado para Adán y Eva la provisión divina. Al respecto, Derek Kidner comenta.
Dios atiende a las necesidades inmediatas más bien que a las mediatas, porque ambas le preocupan. Las túnicas de pieles son presagios de las muchas medidas de bienestar, tanto moral como físico, que el pecado del hombre hace necesarias. La acción social delegada ahora en manos humanas (Ro. 13:1-7; Stg. 2:16), no podría haber tenido una iniciación más temprana o más exaltada.[2]
Kidner descarta un primer sacrificio en este pasaje, pero en cierto modo da a entender el significado de este acto divino a favor de nuestros primeros padres, en medio de todo observa una relación directa entre la provisión de pieles y la situación moral del hombre. Siguiendo en este análisis, es relevante el comentario de Henry Law.
Nos habla del ropaje de justicia que Dios ha provisto para adornar y hermosear nuestra alma desnuda….No hubo propósitos impíos, pues Dios no miró con desagrado aquella muerte. Testifica de ello usando las pieles. Si, pues, murieron de acuerdo con la voluntad de Dios, queda solamente una conclusión lógica: fueron ofrecidos en sacrificio. Así representaron al cordero “ordenado desde antes de la fundación del mundo”. De ahí aprendemos que hubo víctimas que derramaron su sangre en el Edén. ¡En efecto! La primera gota de sangre que ensució la tierra, y el primer gemido mortal, proclamaron en los términos más inteligibles que “la paga del pecado es muerte” y que “sin derramamiento de sangre no hay remisión”.[3]
Este es el primer sacrificio de animales, y es iniciado por Dios en el Edén, y en este caso específico está relacionado con el pecado de Adán y Eva.[4] Aunque no está explícita la instauración del sacrificio por el pecado, sí se puede observar la iniciativa y provisión de Dios y no podemos negar que la muerte de animales estuvo ligada con el hecho anterior del pecado del hombre. De manera que la connotación sacrificial está implícita por la presencia del pecado, de la muerte de animales y el derramamiento de sangre.
Génesis 4:4b-5ª
Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín
[2] Derek Kidner, Génesis (Grand Rapids: Ediciones Certeza, 1985): 83.
[3] Henry Law, El evangelio en el Génesis, trad. Ricardo Cerni (Inglaterra: The Banner of Truth Trust, 1964): 52-53.
[4] Juan Leal, La sagrada Escritura, tomo I (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1967): 55.
ישע miró con favor. En estos versículos se relatan de Abel y Caín, dos hermanos que presentan sus ofrendas a Dios, el texto nos dice que Abel se dedicó a pastorear ovejas, mientras que Caín a la agricultura (Gn. 4:2). Respecto a las ofrendas que presentaron y la respuesta divina, hay diversas opiniones. Por ejemplo, Matthew Henry señala.
Había una diferencia en los caracteres de los oferentes. Caín era un malvado y por tanto, su sacrificio era una vana ofrenda (Is. 1:13). Dios no veía con agrado su persona y, por ello, no miraba con agrado su ofrenda. Pero Abel era recto; es llamado Abel el justo (Mt. 23:35).[5]
La forma de presentar la ofrenda probablemente era el resultado de una actitud rebelde hacia la instrucción divina de presentarlo. Aunque el texto no es explícito sobre la causa clara del rechazo divino, sin embargo es valiosa la declaración de Pablo Hoff.
Dios miró la actitud del oferente, la cual es más importante que su ofrenda. “Por su fe, Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio (Heb. 11:4), no de su propia idea como Caín, sino un animal degollado, que cumplía el requisito de Dios. El culto de Caín era una forma religiosa sin fe, en cambio Abel ofrendó su corazón, se trajo a si mismo.[6]
Es probable que hubiera habido instrucción divina en la forma de presentar la ofrenda. La provisión de piel para los padres de Caín y Abel pudo ser una lección pedagógica clara para ellos. Esta afirmación indica que Caín habría querido establecer su propia manera de acercarse a Dios (desobedecer las instrucciones divinas). Alonso Schökel, tiene un amplio criterio en formular sus explicaciones sobre este tema.
Mi propuesta es que la expresión hebrea “se fijó/no se fijó” tiene aquí el valor comparativo de preferencia. No es aceptación y rechazo, sino simple preferencia del menor sobre el mayor, de los animales sobre los vegetales…en última instancia tal variedad se reduce al plan de Dios y hay que aceptarla sin pedir razones ni exigir cuentas.[7] La preferencia divina de la ofrenda de Abel no es pura casualidad, tiene que ver necesariamente con derramamiento de sangre. Cassuto explica que el fruto, producto de la
[5] Matthew Henry, Comentario exegético-devocional a toda la bíblia- Pentateuco- trad. Francisco Lacueva (Barcelona: CLIE, 1983): 43.
[6] Pablo Hoff, El Pentateuco (Miami: Editorial Vida, 1978): 34.
[7] Luis Alonso Schökel, ¿Dónde está tu hermano? (España: Institución San Jerónimo, 1985): 29-30.
tierra no podía ser más agradable a Dios por la maldición de la tierra, más bien considera que para Dios fue más agradable un animal por el derramamiento de sangre y grasa,[8] dándonos a entender así la manera de presentarnos correctamente ante Dios.
Génesis 8: 20ss
Luego edificó Noé un altar a Jehová, y tomando de todo animal limpio y de toda ave limpia, ofreció holocausto en el altar
מזבח. Altar. Aquí aparece por primera vez este término, es probable que Caín y
Abel lo usaron, pero no se menciona sobre esto.[9] En ese sentido Juan Leal explora el texto.
Noé ve en su salvación la mano de Yahvéh y, criatura frente al creador, reconoce interiormente su dominio supremo y exteriormente lo proclama: edificando un altar=mizbeah o ara sacrificial en honor de Yahvéh y haciendo subir hasta él desde el altar el olor agradable de sus holocaustos…[10]
El sacrificio de animales limpios se presenta por primera vez aquí. El texto nos indica que Noé presenta sacrificios de animales limpios al borde del arca. El contexto nos señala que Noé rinde culto a Yahvé por la preservación de la vida, pero también por el hecho de entrar a un mundo “purificado” por el juicio divino del diluvio.[11] La circunstancia nos deja ver que la actitud de Noé es de reconocimiento y gratitud a su creador (conforme a la descripción de Leal, y la interpretación de Dionisio Ortiz, este último complementa la explicación, incluso mencionando el propósito del holocausto).
El holocausto es la ofrenda totalmente dedicada a Dios. Lo que se ofrece, se pone en el altar y se quema en su totalidad convirtiéndolo en humo que sube a la presencia de Dios. Esta ofrenda indica reconocimiento del favor de Dios y dedicación total a Dios (Lev. 1:1-17).[12]
[8] U. Cassuto, A Commentary on the Book of Genesis, tomo I, trad. Israel Abrahams (Jerusalem: The Magnes Press, 1978): 206-207.
[9] Adam Clarke, Comentario de la Santa Biblia –Génesis-, tomo I, trad. Sergio Franco (EE.UU.: Casa Nazarena de Publicaciones, 1974): 20.
[10] Juan Leal, La Sagrada Escritura: 91.
[11] Pablo Hoff, –Pentateuco- : 41.
[12 Dionisio Ortiz, “Génesis” en Comentario bíblico mundo hispano, tomo 1 ( EE.UU.: Editorial Mundo Hispano, 1994): 77.
La gratitud de Noé se dejó notar a través del holocausto ofrecido. El texto bíblico dice que fue este holocausto de “olor fragante” para Dios. La actitud de Noé, fue un acto natural, la manera más pertinente de agradecer a Dios por la vida de él y la de su familia. Aquí el sacrificio en holocausto de animales está relacionado con el agradecimiento a Dios por la preservación de la vida. También se puede ver como una señal de gratitud a Dios por la salvación de nuestro ser, hacia la vida eterna, hecha por la muerte de un cordero “El Cordero de Dios”. Así “los redimidos de Dios le ofrecen la alabanza de sus labios (He. 13:15).”[13]
Génesis 22:2
Y Dios le dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno los montes que yo te diré
והעלהו y sacrifícalo. Otro verbo con este mismo sentido se encuentra en Jueces 6: 28. Ambos están en “hophal” y deben traducirse como “ser sacrificado.”[14] En este caso el sacrificio de Isaac era la prueba de la obediencia de Abraham a Yahvé.[15] La disposición de sacrificar a su único hijo, produjo la satisfacción divina y Yahvé proveyó en ese momento un sustituto (un cordero). El pasaje nos muestra así, que de todas maneras se llevó a cabo el sacrificio con el cordero sustituto. El valor del sacrificio está en el acto previo a el, es decir, la decisión de entregar obediente, y sin reparos a su único hijo, era la prueba suficiente de la aceptación divina. En ese sentido el cordero que presenta viene a ser el sello de la conformidad divina.[16] Otra vez en este pasaje se presenta una relación entre la obediencia hacia Yahvé (comunión), con el sacrificio (derramamiento de sangre). Se puede interpretar que el sacrificio demandado tiene connotaciones de lealtad. Abraham no duda que Yahvé es el dueño de la vida y él como soberano y poderoso, puede dar la vida y quitarla. Hasta ahora vamos
[13] Walvoord y Zuck, “Génesis” en El conocimiento bíblico, tomo 1, ed. Julián Lloret y Mtlick (México: Ediciones las Américas, 1996): 44.
[14] Alonso Shökel, ¿Dónde está tu hermano?: 566.
[15] Samuel J. Schultz, Habla el Antiguo Testamento, trad. Francisco Cazarola. (Barcelona: Publicaciones Portavoz Evangélico, 1976): 33.
[16] Alfred Edersheim, Comentario histórico al Antiguo Testamento –Pentateuco-, tomo I, trad. George Meter Grayling (Barcelona: Editorial CLIE, 1995): 127.
observando que el sacrificio de animales ante el altar de Yahvé, esta rodeado de profundos sentimientos de parte del oferente, y para él, es un asunto serio, y tiene que ver con su propia vida. Aunque García Cordero, nota ciertas características cananeas en el sacrificio de los niños, no deja de mencionar que Abraham confió en Dios como el soberano de la vida, y “sin duda que él, que sabía que su hijo había nacido en condiciones excepcionales, pensaría que el omnipotente Dios arbitraría el modo de que las promesas se cumplieran.”[17]
Génesis 46:1
Salió Israel con todo lo que tenía. Cuando llegó a Beerseba ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac
יזבח יצחיםofreció sacrificios. Es importante tomar en cuenta que tanto Abraham como Isaac, adoraron en el pasado en el mismo lugar (Berseba). Al parecer la presentación del sacrificio por Isaac tiene que ver con un asunto de comunión y dirección divina,[18] a esto lo podemos llamar adoración. Howard F. Vos en su análisis sobre este sacrificio comenta:
…allí, en la frontera de Canaán, se detuvo para ofrecer sacrificio a Dios y evidentemente para inquirir del “Dios de Isaac” acerca de lo aconsejable de viaje. Dios honró su cauteloso espíritu y se le apareció allí. “Elohim”, el Dios soberano que controla todos los asuntos.[19]
Como observamos, es probable que Jacob (Israel) presentara sacrificios porque quería consultar a Dios sobre su viaje a Egipto. Al caer la noche, Dios se revela y le da su aprobación de continuar su viaje a Egipto (Gn. 46:3). Es natural que rindiera este sacrificio porque la tierra de la promesa estaba por dejar, “por eso podemos suponer las perplejidades del patriarca al abandonar la región que consideraba como objeto de las promesas divinas.”[20]
[17] Maximiliano García Cordero, Biblia Comentada: –Pentateuco- (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1967): 229.
[18] Kidner, Génesis: 239.
[19] Howard F. Vos, Comentario Bíblico Portavoz –Génesis- (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1990): 202.
[20] García Cordero, Biblia Comentada: 338.
En Génesis 21:33 y en 26:25 se hace referencia a dos términos: Primero, al acto de “invocar” y segundo, al acto de construir un “altar”.
יקרא invocar. Este término presenta un amplio significado, y Alonso Shökel amplia los sentidos señalando que “el invocar a Yahvé, que no siempre se refiere a la invocación cultual, tiene varios sentidos: alabar, dar gracias, lamentarse, gritar, pedir auxilio, etc.”[21] Según podemos notar en los pasajes, nos inclinamos a pensar que Jacob presentó sacrificio de acción de gracias porque estaba viendo la bendición de Yahvé sobre él.
מזבח altar. La traducción de la Septuaginta le da el significado de “matanza y se refiere a una estructura elevada donde se hacían los sacrificios.”[22] Podemos suponer entonces que Abraham, Isaac y Jacob adoraron a Jehová presentando sacrificios sobre un altar, en respuesta al proyecto dado por Yahvé (de la promesa) y a la muestra de su fidelidad a esa promesa.
Éxodo 3:18; 8: 25-26, 27-31; 10: 25-29.
Entonces el faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios, pero dentro del país
זבחו sacrificios. El mismo verbo aparece en los capítulos 3, 8, 10. En este contexto este tipo de sacrificios, da la idea de dar culto a través de sacrificio de animales a Yahvé.[23] Algunos señalan que era la costumbre de los hebreos el ir al desierto a presentar sacrificios a Yahvé y que fue probablemente uno de esos días que Moisés decidió salir con el pueblo bajo la iniciativa divina.[24] En todo caso aquí se refiere a rendir culto y adoración a Yahvé, entonces vendría a ser un sacrificio de adoración y comunión.
Éxodo 12:6
Lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes
[21] J. C. Labuschagne, “kara” en Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento, tomo II (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1985): 847.
[22] J. Ottis Sayes, “Altar” en Diccionario Teológico Beacon: 41-42.
[23] Alonso Shökel, ¿Dónde está tu hermano?: 215.
[24] Georges Auzon, De la servidumbre al servicio –Éxodo-, 3ª ed. (Madrid: Ediciones Fax, 1972): 90.
שחטו inmolar. Se encuentra en “hiphil”, de la misma manera que en la raíz “piel”, significan “exterminar”. Según D. Vetter, puede haber alguna relación con una correspondencia del semítico oriental en el acádico setu (“escapar”).[25] Al parecer, el hecho de inmolar el cordero tenía también un propósito, el evento escapatorio de mano de los egipcios. Otra de las afirmaciones la relaciona con el juicio de Dios.[26] El cordero inmolado que aparece en este capítulo tiene un significado de juicio y liberación divina, constituyéndose en el primer sacrificio de un cordero con implicancias liberadoras.
Conclusión
Los pasajes que hacen alusión directa o indirecta a los sacrificios de animales, tienen una clara relación en la comunión entre Dios y el Hombre. Tras el pecado de Adán y Eva, era la piel de algún animal sacrificado, la que puso otra vez en relación entre Dios y el hombre, aunque esta vez una relación de otro nivel (Creador criatura).
Los pasajes de Génesis 3:21 y 4:3ss son eventos significativos en cuanto a la provisión divina y la forma de acercarnos a Dios (acto redentor). No tomar en cuenta los sacrificios de animales y la relación con la comunión del hombre con Dios, nos llevaría a negar lo innegable. Hay demasiada coincidencia en la relación que hay del pecado con los sacrificios, de la gratitud por la preservación de la vida con los sacrificios, etc.
Los sacrificios de animales tienen así, una connotación sustitutorio y que se median entre Dios y el hombre. Todos los asuntos concernientes a la relación con Dios tienen que ver con sacrificios de animales, aun las consultas que hizo Jacob cuando emprendió viaje a Egipto. Del mismo modo la adoración a Dios, la gratitud a Dios, la manera de acercarse a Dios debían ser movidos: primero por un acto de obediencia, consecuentemente por la forma agradable para Dios y el hombre (la ofrenda de Abel).
[25] D. Vetter, “שחטו” en Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento, trad. Rufino Godoy (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1985): 1120.
[26] Ibid., 1121.
Los sacrificios de animales cumplieran transitoriamente las exigencias de Dios para la relación con su pueblo. Cristo al ser anunciado desde el Génesis (Gén. 3:15), visto en la serpiente de bronce, anunciado proféticamente en el período profético y finalmente anunciado y reconocido por Juan el Bautista “he aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn. 1:29), no es más que el cumplimiento total y suficiente del propósito que los sacrificios tenían en el Antiguo Testamento.
Referencias bibliográficas
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Diccionarios
Ottis Sayes, J. “Altar” en Diccionario Teológico Beacon.
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